La filmografía lovecraftiana está llena de grandes ideas fallidas. Esta es una
de ellas. Alguien pensó, muy acertadamente, que los relatos cortos de Lovecraft
dificilmente darían para una película de hora y media, y de ahí surgió la idea
de intentar hacer una película formada por varios episodios independientes de
una duración aproximada de 30 minutos cada uno. Dicho y hecho, el nexo común
entre los diferentes cortos es el infame libro de los muertos que da título a la
cinta y un H.P. Lovecraft que se acerca más a un intrépido profesor tipo Indiana
Jones que a nuestro estimado escritor de Providence. Pero hay que reconocer que
la película no empieza mal, Lovecraft descubre donde se guarda una copia del
Necronomicón y decide hacerse con ella, una vez la encuentra empieza a anotar en
su libreta los relatos que servirán de inspiración a los diferentes episodios de
la película. En el primero vemos un tímido homenaje a
"el caso de Charles Dexter Ward", una historia que empieza y se
desenvuelve bien pero que se estrella catastróficamente en su recta final. La
segunda historia es una adaptación de
"aire frío" y aunque hay cambios
significativos respecto al relato original es bastante fiel a su espíritu y
podríamos decir que funciona, sin grandes alardes pero funciona. El último
relato está inspirado en
"el que susurra en la oscuridad" y le ocurre lo
contrario que al primero, este empieza muy flojo pero acaba teniendo un final
muy impactante, de no ser por el clásico detalle chorras anticlimático hubiera
dicho que memorable, de todas formas ver a los mi-go en una película siempre es
un aliciente. Y finalizamos con Lovecraft Jones, bastón estoque en mano,
enfrentándose cara a cara al mal primigenio que intenta arrebatarle el libro de
sus sueños.
