Esta película japonesa me ha hecho pensar en otra que reseñé hace poco: El vagón de la muerte (the midnight meat train). Ambas comparten lúgubres túneles, muertes entre raíles y un regustillo final a horror cósmico que hace que sean dignas de constar aquí. En esta ocasión estamos ante una clásica película oriental de fantasmas (con todos sus tópicos) y más que un giro final hacia el horror cósmico es un cambio de escenario en su última media hora que hace pensar en el relato en las montañas de la locura de H.P. Lovecraft.
¿Que me ha parecido? Muy normalita, tiene un par de buenos momentos pero poca cosa más, me cuesta tanto soportar el ritmo (en general) de las películas orientales...
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