Otro juego de mesa lovecraftiano que consigue su financiación a través de Kickstarter, este Cthulhu’s Vault destaca sobre todo por su diseño, empezando por la preciosa lata metálica en la que viene guardado.
Es un juego para entre tres y seis jugadores de 10 años o más y según el autor las partidas rondarán los tres cuartos de hora.
Aquí podemos ver el contenido de la caja una vez la abrimos, y francamente será la primera y la última vez que lo veamos todo así de ordenadito, yo tuve que quitar el plástico y guardarlo todo en bolsas porque no había manera de que me volvieran a caber todos los componentes en los compartimentos de plástico.
El otro aspecto que destaca en este juego es su arte, las ilustraciones son una maravilla y la mayoría de las cartas son de un tamaño muy grande por lo que disfrutaremos de unos dibujos que nos ayudarán a sumergirnos en el juego.
Las reglas son unas 18 páginas (pequeñas y con la letra grande, no os asustéis) y básicamente el juego va de contar una historia, un storytelling de los de toda la vida pero con un giro inesperado al final.
Lo primero que haremos al inicio de la partida es entregar un Primigenio a cada jugador, será secreto y no se hará mención a él hasta la segunda fase del juego.
A continuación cada uno de los jugadores recibirá siete cartas de historia, como podéis ver son elementos propios de los Mitos de Cthulhu con los que deberemos empezar a contar una historia, cada uno por turno jugará una carta y narrará como aparece ese elemento en la historia.
La gracia, más allá de lo bien o mal que pueda quedar lo que estemos contando, es que cada carta nos da una serie de contadores que iremos acumulando (hay un símbolo en las cartas que nos indica que tipo de carta debemos jugar a continuación si queremos mejor recompensa).
Con estos contadores se decidirá que jugador consigue despertar a su Primigenio (al llegar a cierto número de contadores de Sectario) y una vez alguien lo consiga llegaremos a la segunda fase de la partida.
Esta segunda fase será básicamente el combate entre los Investigadores y el Primigenio que acaba de despertar, para ello cada jugador recibirá una carta de Investigador.
Y una serie de cartas de combate, todos ellos se enfrentarán al jugador que ha conseguido despertar a su Primigenio que también tendrá un mazo de cartas de combate y por turnos se irá resolviendo un combate frenético y dinámico que normalmente acabará, como tiene que ser, con la muerte de los Investigadores.
Con estos juegos siempre pasa lo mismo, hay que saber con quien jugar para que una partida funcione, ya que lo importante aquí no es ganar o perder sino ser capaces de construir y de explicar una buena historia entre todos, el puntazo del combate final le hace destacarse de otros juegos similares y hace que la narración acabe con una buena dosis de épica.
A mí me gustan los juegos narrativos y este me gustó mucho. Tiene pocas mecánicas, como debe de ser, pero las que tiene ayudan a hacer más fluída la narración. Y el tema del combate final es un gran punto, la verdad. Hay que tomárselo como un epílogo off-game, ya que la narración hecha entre todos es la base del juego, pero le da unos minutos de tensión que normalmente los narrativos no tienen.
ResponderEliminarY sólo por las ilustraciones ya sirve para ambientar a los jugadores con lugares, objetos, personajes, etc durante una partida de La Llamada.
Probarlo por curiosidad no estaría mal. Las ilustraciones me han gustado.
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