Otra muesca más en la genial colección de adaptaciones de historias lovecraftianas que está llevando a cabo la editorial SelfMadeHero junto al gran I. N. J. Culbard, en esta ocasión exploramos el universo de Robert W. Chambers y su mítico Rey de Amarillo. Copio la reseña que hice en su día de la edición en inglés para anunciar la traducción al castellano por Norma editorial.
Son 144 páginas encuadernadas en cartoné, curiosamente una edición mejor que la original.
Respecto a los relatos podríamos decir que los cuatro elegidos son los típicos, los que elegiría cualquiera de nosotros si tuviéramos que hacer un resumen de la obra de Chambers, ya que son los cuatro que podemos considerar asimilados por los Mitos de Cthulhu (aprovecho para recordar que Robert W. Chambers fue anterior a H.P. Lovecraft, y que sin duda le sirvió de fuente de inspiración).
El primero es El reparador de reputaciones, la acción transcurre en la Nueva York de los años 20, y la primera vez que lo leí ni siquiera sabía que estaba escrito en el siglo XIX, me fascinaron ciertos aspectos de una sociedad que luego descubriría que (obviamente) eran fruto de la imaginación del autor (no en vano estaba describiendo una sociedad situada 30 años en su futuro), por ejemplo recuerdo que me dejó patidifuso la idea de que se abrieran cámaras de suicidio en las grandes ciudades, para que los que consideraban que ya no tenían nada que aportar a la sociedad pudieran morir sin dolor alguno. La historia la protagoniza un joven que tras caerse de un caballo es internado en un sanatorio mental, cuando se recupera descubre un ejemplar de la polémica y censuradísima obra de teatro el Rey de Amarillo y a partir de aquí ya nunca sabemos si lo que nos cuenta es real, producto del golpe que se llevó en la cabeza al caer del caballo, o producto de la locura provocada por la lectura de tan blasfemo tomo.
A continuación encontramos La máscara, un relato que mezcla magistralmente el arte con la ciencia en una historia de amor que nos sorprenderá con más de un giro inesperado, siempre me gusta recordar que estos relatos llevan más de cien años escritos, por lo que fórmulas que puedan parecernos poco originales resulta que son en realidad la semilla que se ha plantado en la mente de tantos autores que han sido repetidas hasta la saciedad, por lo que no hay que olvidar que estos relatos hay que leerlos con esa perspectiva en mente.
El Signo Amarillo es, para mi, el mejor relato (o la mejor adaptación) de esta antología, en él un pintor y su modelo se sobresaltan al descubrir que son constantemente observados por el vigilante de un cementerio al que han visto en aterradores sueños, como curiosidad cabe destacar que el Signo Amarillo es dibujado de una forma totalmente diferente a la que conocemos, de hecho esta simbología lovecraftiana (también pasa con el Símbolo Arcano) la tenemos totalmente pervertida por el juego de rol La llamada de Cthulhu, ya que la representación que tenemos en la cabeza de ambos símbolos es la que pusieron de moda los autores de este juego, pero no se si Robert W. Chambers llegó a describir su Signo Amarillo, y desde luego H.P. Lovecraft sí que describió el Símbolo Arcano y este no tenía nada que ver con una estrella, era más parecido a la rama de un árbol.
El último relato, En la corte del dragón es el que menos me ha gustado como adaptación, para mí es un relato buenísimo, que transmite muchas cosas al lector, y creo que aquí I. N. J. Culbard no ha sabido captar la esencia de lo que logra transmitirnos Robert W. Chambers en el original, no se, quizá sea por la falta de texto, intenta transcribirlo todo con imágenes y a pesar de que está bien dibujado y la esencia se entiende creo que por el camino se pierden muchas cosas, una lástima, porque para mí éste es el mejor relato que escribió Chambers.
No deja de fascinarme lo que ha ocurrido este último año con el Rey de Amarillo, su aparición en un mass media como ha sido la serie de televisión True Detective de la HBO ha convertido estos relatos (casi marginales hasta hace un par de años) en un fenómeno de masas que ha provocado ediciones y reediciones a mansalva, así de memoria recuerdo la publicación de una temporada en Carcosa en la Gótica de Valdemar, la reedición en bolsillo de la antología el Rey de Amarillo de Robert W. Chambers también en Valdemar, la antología de relatos que inspiraron a los creadores de la serie (True Detective: Antología de lecturas no obligatorias) y una edición ilustrada a cargo de Libros del zorro rojo, sin duda las editoriales han sabido aprovechar el filón.
Si os gustan las novelas gráficas y os gustan los relatos lovecraftianos la editorial SelfMadeHero debería estar entre vuestras favoritas, para mi están manteniendo un nivel más que notable y me alegra ver que después de haber visto traducidas Las montañas de la locura y La antología gráfica siga llegándonos más material de esta editorial traducido a nuestro idioma, señal de que gusta y se vende bien.
The yellow is the new black! Bien por SelfMadeHero.
ResponderEliminar