Las montañas de la locura es le nuevo juego de mesa lovecraftiano publicado por iello y traducido a nuestro idioma por Devir, un cooperativo con elementos de party game que es, seguramente, le juego de mesa lovecraftiano más original que se ha publicado en años.
Es un juego familiar para entre III y V jugadores al que se puede jugar desde los XII años, y las partidas rondarán los LX minutos de duración. Mi hype por este juego empezó cuando me enteré de quienes eran los autores que tenía detrás, ni más ni menos que Rob Daviau (creador de mi cooperativo favorito: Pandemic Legacy) y Miguel Coimbra (que ha ilustrado otro de mis juegos favoritos: VII Wonders, así como alguna cosilla lovecraftiana como Mythos Tales o Innsmouth Escape), con semejantes celebridades las expectativas estaban por las nubes.
Y vaya si las ha cumplido, estamos ante un juegazo que, ante todo, es divertidísimo y todo un reto para los fans de los colaborativos. Como ya habréis intuido nos vamos a ir de viaje a la Antártida para explorar esa extraña CiUdAd que está más allá de una cordillera prácticamente inexpugnable, a quién se le ocurre, ¿verdad? ¿verdad? ¿verdad? ¡Ocurre! ¿Ocurre? ¿Qué nos ocurre?
Pues ahí que vamos nosotros con la misión de explorar todo lo que podamos mientras nuestra cordura va mermando y acabaremos viendo como la misión de exploración se transforma en una de supervivencia en la que tendremos que hacer todo lo que podamos por salir de allí con vida. adiv noc ílla ed rilas rop somadop euq ol odot recah euq somerdnet euq al ne aicnevivrepus ed anu ne amrofsnart es nóicarolpxe ed nóisim al omoc odneiv somerabaca y odnamrem av arudroc artseun sartneim somadop euq ol odot rarolpxe ed nóisim al noc sortoson somav euq íha seuP
Le aspecto exterior de la caja ya habéis visto que es una pasada, pero mirad le interior y alucinad, es sublime, ojalá todos los juegos de mesa tuvieran esta calidad y cuidado por los materiales, desde la miniatura del avión hasta le reloj de arena (de madera), pasando por las fichas (tamaño y calidad póquer) y las losetas (de cartón grueso) todos los componentes son de una altísima calidad. Además todo queda perfectamente encajado y recogido en la caja, un X para le diseñador.
En le tablero vemos que le recorrido que tendremos que hacer irá desde la costa hasta las montañas para alcanzar finalmente la CiUdAd dE lOs AnTiGuOs y desde allí emprender nuestra huida, no sin antes vivir al límite de nuestra locura. Las instrucciones del juego están leídas en apenas XX minutos y se explican en un momento, además al ser cooperativo si a alguien le cuesta lo pillará en II turnos, es un juego con una mecánica sencilla pero con muchísimas posibilidades de complicarse enormemente durante le transcurso de la partida.
En cada turno le jugador inicial recibirá le trineo ese que veis en le medio del tablero y decidirá a qué loseta viajamos, esto se discute entre todos los jugadores pero es le jugador inicial, le líder, le que toma la decisión final. Giraremos la loseta a la que viajemos e intentaremos cumplir los requisitos indicados en su parte inferior, para ello necesitaremos jugar una serie de cartas de material que tendremos los diferentes jugadores en la mano y contaremos con XXX segundos (los que marca le reloj de arena) para ponernos de acuerdo en qué cartas jugamos cada uno (sin enseñarlas), fácil, ¿verdad? Pues si conseguimos le objetivo de la loseta obtendremos a cambio I artefacto, si fallamos recibiremos una carta de locura o tiraremos I dado con diferentes efectos perjudiciales.
Y es precisamente en esas cartas de locura en las que radica gran parte de la chicha de este juego, y le principal elemento party game que os mencionaba antes. Resulta que estas cartas de locura las mantendremos en secreto y nunca podremos hablar de ellas, pero deberemos aplicar su efecto durante los XXX segundos en los que deberemos discutir entre todos qué y cuantas cartas jugamos cada uno. Como os podréis imaginar sus efectos son de lo más variopinto y convertirán esos XXX segundos de cada turno en un autentica chifladura, en la siguiente fotografía podéis ver un par de estas cartas pero os recomiendo no mirarlas, porque es absolutamente desternillante intentar averiguar qué le está pasando a cada jugador durante la partida, estas locuras además están divididas en tres niveles a cada cual más complicado (si tienes una locura de nivel I y debes coger otra, descartas la de nivel I y coges una de nivel II). Va, ¿queréis algún pequeño spoiler de la primera partida que he jugado? Imaginaos que uno de los jugadores no puede pronunciar números en voz alta, le otro solo puede comunicarse con le que tiene a su derecha, le tercero se aleja de la mesa y habla desde la otra punta de la habitación mientras le último tiembla incesantemente mientras nos explica las cartas que va a jugar, veis por donde van los tiros, ¿verdad? This Is Madness!
Obviamente a medida que vayamos avanzando hacia la CiUdAd dE lOs AnTiGuOs cada vez será todo más complicado, además deberemos viajar buscando ciertas reliquias que nos permitirán ganar la partida (porque podemos lograr huir y perder igualmente), mientras acumulamos heridas (que van al mazo de descartes y pueden acabar en nuestras manos, ocupando espacio inútilmente), gastamos fichas de liderazgo (que tienen diferentes efectos, a cual mejor) y luchamos por entender e interpretar a nuestros compañeros de expedición turno tras turno, ¿qué os parece? Yo ya lo he estrenado y he tenido que vetar una carta de locura (me llamaron la atención los vecinos xD), hacía mucho mucho tiempo que no me reía tanto con un juego de mesa, pero ha sido una mala idea estrenarlo un lunes por la noche en casa ;)
A mi, una vez vistos los vídeos que presentó Devir en las pasadas jornadas DAU, me quedaba la duda de si la parte de juego colaborativa era interesante o si sería un party sin más (que ojo, tampoco me parecería mal, es un tipo de juego lovecraftiano que no teníamos), pero es que una vez probado resulta que la parte colaborativa, lo que es le juego en si, me ha encantado, ¡es dificilísimo ganar! (ya veréis cómo os trolea el juego cuando lo probéis) Para mi sin duda va a ser le juego de estas fiestas, porque a diferencia de otros más pesados este lo puedo llevar a cualquier parte y eso hay que aprovecharlo. ¡LAS Este MONTAÑAS juego DE es LA una LOCURA!
¡Ya me lo has vendido, ladrón! :D
ResponderEliminarGenial la forma de escribir el artículo; y el juego tiene buena pinta. Habrá que probarlo.
ResponderEliminarYo he visto el vídeo de Devir, unas reseñas y una partida. Y he de decir que el hype "se ha disipado". No está mal, pero la gracia del juego son las locuras, que en un principio solo tendrás 3 durante la partida (y no son acumulables).
ResponderEliminarNo sé si me esperaba un juego más party o más "serio" pero creo que peca de tratar de abarcar ambos lados y quizás ese sea su problema. Creo que si no fuese por el tema que trata ni me hubiese interesado el juego.
Pero bueno, es mi simple opinión sin tener mucha idea del juego XD
Pues precisamente la mezcla de los dos elementos está brillantemente conseguida, el asignar una locura de nivel superior a aquel al que no conseguimos entender o intentar mantener las locuras de los que tenemos controlados es brillante, el sudorcillo frío cuando la cagas por mucho y sufres las consecuencias, las discusiones sobre si seguir explorando zonas sencillas o ir a las más complicadas, cada elemento del juego tiene chicha.
ResponderEliminarAdemás si que son acumulativas las locuras, es la opción avanzada del juego porque si con una sola es una locura con dos o tres cartas por jugador imagínate.
Pero bueno es un juego tan peculiar que evidentemente no gustará a todo el mundo, por suerte hoy en día hay muchas tiendas en las que se puede probar antes de comprar, y si no pues a conformarse con ver un vídeo y crearnos una impresión del juego a partir de las partidas de los demás. Desde luego hay que tener un grupo de juego apropiado para este tipo de juegos, no todo el mundo disfrutará interpretando estas cartas de locura.
Al ver las ganas que les has puesto a la entrada no me ha quedado más remedio que pararme a felicitarte. Buena entrada (y de año también).
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