Rites of Cthulhu es un nuevo juego de cartas aparecido vía Kickstarter y que me despierta sentimientos enfrentados, me parece una idea muy interesante pero realmente difícil de llevar a la mesa, os explico...
En la caja encontramos 75 cartas: 56 con las que jugaremos, 13 de artefactos (puntos de victoria) y 6 de referencia, también tenemos 6 tableros con los mini-juegos de los que dispondremos durante las partidas. Por último tenemos las reglas en un libro de más de 50 páginas, al sacarlo de la caja pensé que estaría en varios idiomas pero me sorprendió descubrir que no, que está solo en inglés, por lo que estamos hablando de más de 50 páginas de reglas para un juego de cartas, ¿excesivo?
Definitivamente si, la idea tras el juego me parece muy interesante pero para disfrutar de este juego hace falta que todos los jugadores dominen los entresijos de los seis mini-juegos incluidos, lo que hace que, como os decía antes, sea realmente complicado sacarlo a la mesa.
La cuestión es que durante una partida se jugarán una serie de mini-juegos (rituales), en cada turno un jugador será el Gran Sectario, repartirá cinco cartas a cada jugador y elegirá, una vez vistas las cartas en su mano, que ritual se va a llevar a cabo. Es precisamente por esto de elegir el mini-juego al que se va a jugar mirando las cartas que tenemos en la mano por lo que es esencial que todos los jugadores conozcan bien estos mini-juegos, y a pesar de que están bien resumidos en los tableros (podéis verlos en la web del proyecto en Kickstarter) no se entenderán perfectamente sin haberse empollado las reglas completas.
Esto hace, en la práctica, que sea un coñazo explicar este juego completo a los jugadores noveles, por ejemplo en una partida para cuatro jugadores se jugarán cuatro de los seis rituales, PERO será esencial que antes de empezar a jugar se expliquen bien los seis rituales porque a pesar de que durante la partida se jugarán solo cuatro es imprescindible que los jugadores se conozcan los seis para poder elegir cual les conviene más cuando sea su momento de ser el Gran Sectario.
Imaginaos un juego de cartas con la baraja española en el que tras repartir unas cuantas cartas entre los jugadores uno de ellos eligiera si prefiere jugar, con la mano que tiene, a la brisca, el cinquillo, el mus, el tute, el chinchón o el uno, ¿veis por donde voy? No es problema si todos los jugadores conocen perfectamente todos esos juegos, pero explicarlos todos antes de empezar a jugar si que es un gran problema.
La comparación con la baraja española no es baladí, ya que el mazo de juego se compone de cartas de cuatro colores numeradas del 0 al 13, por lo que los mini-juegos no difieren demasiado de los que podríamos jugar con una baraja española o de póquer, aunque otra cosa que tiene muy a favor este juego es que la temática está muy bien integrada en los mini-juegos, por ejemplo en el ritual de Dunwich deberemos dar con los Whateley o en el de las Montañas de la Locura deberemos ascender por la legendaria cordillera antártica.
En resumen, es una lástima que vea tan complicado llevar este juego a la mesa, porque la idea me parece brillante y los mini-juegos me parecen interesantes tanto en mecánica como por lo bien integrados que están en ellos los Mitos de Cthulhu. Supongo que los autores son también plenamente conscientes de este problema porque se han espabilado a preparar vídeos presentando y explicando todos estos mini-juegos (podéis ver los códigos QR en la foto con las reglas), desde luego es una buena solución pasarle estos vídeos a los jugadores y que los vean antes de quedar para jugar, nos ahorraremos el mal trago de tener que explicarles más de 50 páginas de reglas in situ para jugar luego una partida que seguramente va a durar menos de una hora (40-60 minutos según los autores, el juego es, por cierto para entre dos y seis jugadores).
PS: Y gracias a escribir esta reseña recordé que el juego tenía que venir firmado y no lo venía, lo reclamé y me enviaron esta pegatina, que cosas...
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