Hoy quiero hablaros brevemente de un juego de mesa sencillo que he encontrado por casualidad y que está basado en el relato The Rats in the Walls de H.P. Lovecraft, en el juego viviremos el mismo descenso a la locura que vive el protagonista del relato.
En el interior de la bolsa en la que viene almacenado encontraremos un par de posavasos, unas pegatinas, las instrucciones, chuletillas con resúmenes de las reglas, dados de seis caras, marcadores de cerebro y un cubilete.
Las pegatinas representan paredes de ladrillos y deberemos pegarlas en el cubilete antes de nuestra primera partida, lo que simulará que lo que hay dentro del cubilete esté "en las paredes".
En esencia es un juego similar al juego de cartas mentiroso, aquí el jugador activo deberá tirar los dados contenidos en el cubilete y mirarlos en secreto, diciéndole al siguiente jugador cuantas ratas hay en los dados (cada uno de ellos tiene cuatro caras en blanco, una con una rata y otra con dos ratas), el siguiente jugador deberá decidir si cree lo que ha dicho y repetir la jugada incrementando el número de dados o si parar el juego porque cree que le han mentido, cada vez que esto pasa uno de los dos jugadores en disputa perderá cordura, el último jugador cuerdo ganará la partida. Lo malo si decides creer a tu predecesor es que tú volverás a tirar los dados del cubilete añadiendo uno (máximo cinco) y siempre deberás decir que hay como mínimo una rata más de las que haya dicho el jugador anterior, por lo que la apuesta va subiendo muy rápidamente.
Hay algo más de chicha pero en esencia eso es el juego, un filler rapidito de esos que se pueden llevar encima y sacar en cualquier momento para hacer tiempo, en mi caso es de esos juegos que vienen de perlas cuando quedamos en casa para jugar y falta que llegue alguien. Lo publicó Sphinx Games y pueden jugar entre tres y seis jugadores mayores de doce años, las partidas son rapidísimas (ponles entre diez y quince minutos) y podéis comprarlo o leeros las instrucciones completas aquí.
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