Me ha costado ponerme a probar este juego, pero ahora que por fin lo he conseguido me sabe mal no haberlo hecho antes, ¡porque mola mucho! Este Fate of the Elder Gods apareció vía Kickstarter (cuantas veces habré dicho esto) y es un juego de control de áreas en el que deberemos ser los primeros sectarios que consigan invocar al Primigenio que adoran.
Pueden jugar entre uno y cuatro jugadores, las partidas rondarán los 30-120 minutos y se recomienda para mayores de 13 años. Lo primero que llama la atención al abrir la caja (grande, tamaño Arkham Horror para que nos entendamos) es que el contenido es precioso, bonito tablero, muchas miniaturas y dados, cartas y tarjetas bien ilustradas, etc.
Lo segundo es que el libro de reglas tiene chicha, son 16 páginas y no es un juego casual, es de esos que hay que leerse con calma y asumir que las primeras partidas van a ser de aprendizaje, ya que hay muchas reglas a tener en cuenta y por lo tanto muchas posibilidades. Por suerte vienen unas cuantas chuletillas con resúmenes que nos van a venir de perlas durante esas primeras partidas.
La cantidad de plástico en la caja es significativa y las miniaturas son chulas, aunque eso lamentablemente se traduce en que es un juego algo carete.
Durante la partida llevaremos una de las facciones disponibles, representaremos a los adoradores de algún Dios Primigenio y estaremos ansiosos por hacer despertar a nuestro ídolo.
Las partidas consistirán en ocupar las diferentes zonas del tablero para ejercer nuestra influencia allí con tal de conseguir artefactos, conjuros mágicos y otros elementos con los que avanzar en la partida hasta que podamos invocar a nuestro Primigenio para hacernos con la victoria.
Casi todo en el juego funciona haciendo combinaciones entre las cartas que tenemos en las manos (conjuros) y las que están situadas en el tablero, y deberemos ir desperdigando nuestros sectarios por las diversas localizaciones inteligentemente para conseguir lo que necesitamos sin que nos den demasiada caña los investigadores que harán redadas de vez en cuando.
Como podéis ver en los créditos el juego es obra, entre otros, de Richard Launius, que es el creador de Arkham Horror entre muchas otras cosas. Y ojo a las reglas para jugar solo, yo no soy mucho de darle caña en solitario a este tipo de juegos pero se que hay mucha gente a la que les interesará esta opción.
A mi me ha parecido un juego ágil y dinámico la mar de entretenido, visualmente muy bonito y con mucha chicha que irá surgiendo sobre todo a partir de la segunda o tercera partida, cuando tengamos bien interiorizadas las mecánicas.
Su única pega seguramente es su alta dependencia del idioma, está en inglés y si no se digna nadie a traducirlo por aquí solo podrán jugarlo aquellos que se lleven muy bien con el idioma de Shakespeare.
En fin, lo dicho, un juego que casi se me queda olvidado en las estanterías por los tiempos de los tiempos y que estoy contento de haber acabado probando, mola.
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