Hay pocas experiencias lúdicas similares a jugar una partida de Arkham Horror con todas sus expansiones, hace falta un espacio enorme y una buena cantidad de tiempo tanto para desplegarlo todo como para disfrutar de la partida (que seguramente se alargará) pero la experiencia merece la pena, yo ya lo he hecho en tres ocasiones estos últimos años y siempre nos lo hemos pasado la mar de bien. Esta expansión, El horror de Miskatonic, supuso la guinda al pastel para este juego de mesa, ya que lo que hacía era ofrecer nuevas cartas para diversas combinaciones de expansiones, es decir que no servía para nada con el juego básico sino que ampliaba la experiencia de juego cuando utilizábamos o mezclábamos las expansiones que aparecieron previamente. Como digo, una buena expansión que supuso el punto y final de este gran juego de mesa.
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