29 de enero de 2020

Cthulhu: Death May Die

Ya tenemos en tiendas y en castellano el juego de mesa lovecraftiano de moda, Cthulhu: Death May Die nos pone en la piel de unos osados investigadores que llegarán justo a tiempo para intentar detener un ritual de invocación que pretende traer a nuestro planeta a uno de los peligrosos Primigenios de los Mitos de Cthulhu. Spoiler: ¡No lo conseguirán!


El juego es obra de Rob Daviau y Eric M. Lang, lo publicó originalmente CMON y nos llega traducido por Edge Entertainment, la reseña de la edición original la podéis leer aquí, ya que el contenido de la caja es idéntico y ya os lo mostré extensamente allí, ahora me centraré más en explicaros brevemente cómo se juega, ¿os parece?


Pero antes permitidme un breve inciso para defender la filosofía de este juego de mesa, en él vamos a tener que enfrentarnos al Primigenio de turno y destruirlo con medios más bien mundanos, y eso parece que ofende a los defensores del purismo lovecraftiano, vamos a ver, el juego va precisamente de interrumpir el ritual para precipitar la llegada del Primigenio y así darnos un pequeño margen de maniobra para pillarlo con las defensas bajas, si no lo interrumpimos jamás podremos hacerle daño, y cuando consigamos poder dañarle dispondremos de un tiempo muy limitado para destruirlo mientras él nos machaca a un ritmo abrumador, si no conseguimos derrotarlo mientras está débil y desorientado habrá tres finales posibles: Enloqueceremos, moriremos, o el Primigenio saldrá del escenario y someterá a la humanidad sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo.


Si esto os suena poco lovecratiano casi me avergüenza tener que remitiros a relatos como La llamada de Cthulhu o El horror de Dunwich, quizá descubráis que nada de lo que os he explicado en el párrafo anterior está demasiado alejado de la obra del propio H.P. Lovecraft, no me importa que a alguien no le guste este juego o su filosofía, pero por favor no os hagáis los ofendidos con justificaciones tan falaces. Es que ya me perdonaréis, pero cada día me da más rabia que alguien me venga a decir, "¿cómo puedes jugar a esto?". Pues es muy sencillo, juego a esto porque me encanta y me lo paso de maravilla machacando al Primigenio de turno, y os garantizo que nadie se está revolviendo en ninguna tumba por culpa de ello.


En fin, al grano, antes de preparar la partida deberemos elegir un escenario (episodio) y un Primigenio, mientras algunos jugadores preparan el mapa modular (con losetas) tal como se indica en una de las cartas del escenario, otro puede ir mezclando las cartas de Mitos y preparando los enemigos que se utilizarán durante la partida, es un setup bastante sencillo, una de las grandes ventajas de que la caja venga tan bien ordenada es que a pesar de los muchos componentes que se utilizan durante la partida sacarlos y volverlos a guardar en la caja no sea demasiado tedioso. Por cierto el mapa que he preparado yo para ilustrar esta foto-reseña me lo he inventado, por si alguien no quiere spoilers de ningún episodio.


En el tablero de la historia tendremos varios elementos, el principal es el Primigenio, que irá avanzando por su medidor hasta aparecer en el tablero (cuando llegue a la parte roja), cuando esto ocurra en el medidor se colocará un marcador para seguir indicando su avance y si este llega a la casilla de la derecha la partida finalizará con derrota, el Primigenio ya será demasiado poderoso para poder ser dañado por vulgares humanos. Debajo de este medidor tenemos la carta de episodio y los enemigos, en la primera se nos indica lo que está ocurriendo y qué podemos hacer para interrumpir el ritual, un requisito previo imprescindible para poder dañar al Primigenio, e incluso para traerlo al tablero antes de tiempo (lo que nos dará más margen para destruirlo), respecto a los enemigos dos estarán asociados al episodio y otros dos al Primigenio, eso hace que mezclando diferentes episodios con diferentes Primigenios tengamos partidas que tanto argumentalmente como a nivel de monstruos sean muy diferentes, si a eso le añadimos la buena cantidad de investigadores que incluye el juego y lo diferente que es jugar con unos u otros tenemos un juego con muy buenas posibilidades de rejugabilidad.


Aprovecho para comentaros la ficha de estos investigadores: en la parte izquierda tenemos un resumen del turno y de las acciones disponibles, a la derecha las habilidades (la primera siempre será única, las otras dos pueden repetirse de unos investigadores a otros), en la parte superior la cordura y abajo a la izquierda la vida y el estrés. A derecha e izquierda podremos ir situando las cartas de descubrimiento que vayamos consiguiendo durante el juego. Lo que más chicha tiene, como no podía ser de otra forma en un juego lovecraftiano, es la cordura, porque es un arma de doble filo muy potente y peligrosa, como podéis ver en el medidor hay ciertos puntos de color rojo (umbral de locura), cuando vayamos perdiendo cordura y lleguemos a esos puntos activaremos la locura que hayamos adquirido (al principio de la partida se le da una carta de locura a cada investigador) y podremos mejorar una habilidad y conseguir dados extra a las tiradas, esto no solo es bueno sino que es imprescindible para ganar la partida, sin dados extra y habilidades mejoradas no podremos dañar de manera significativa ni al Primigenio ni a los bichos más potentes, por lo que perder cordura nos va a convenir, pero ojo, porque si el marcador llega a la derecha el investigador habrá enloquecido y será eliminado. Los puntos de vida por ejemplo no tienen este doble juego, si el marcador llega a la derecha el investigador morirá, y el estrés nos permite repetir tiradas y conseguir cartas, por lo que nos convendrá tener estrés disponible siempre que podamos, aunque si nos quedamos sin no hay consecuencias inmediatas.


En el tablero hay una serie de espacios por los que podremos movernos, si tenemos en cuenta que los monstruos situados en los espacios por los que pasemos nos seguirán allá donde vayamos (hay habilidades para evitarlo) este juego se convierte en una gran partida de ajedrez en la que tendremos que intentar mover las piezas de forma inteligente para que mientras unos investigadores tratan de interrumpir el ritual otros intentan frenar a los enemigos más peligrosos (no necesariamente los más poderosos). Además de mover, los investigadores podrán atacar, descansar (para recuperar tres puntos de vida o estrés, la cordura no se recupera), intercambiar equipo o realizar acciones propias del episodio que estemos jugando.


En nuestro turno podremos realizar tres acciones, y a continuación robaremos una carta de Mitos que hará avanzar el juego en nuestra contra, estas cartas harán mover a los enemigos, aparecer a nuevos monstruos, avanzar al Primigenio en su medidor, y tener multitud de efectos a los que tendremos que adaptar nuestra estrategia de juego.


Tras resolver la carta de Mitos si el investigador no tiene monstruos en su espacio podrá coger una carta de descubrimiento, sin embargo si tiene algún monstruo en su espacio este (o estos) le atacará.


Al final del turno se resuelven efectos varios, por ejemplo el fuego si hay algún espacio en llamas, el avance del Primigenio, o cualquier otro efecto que pueda haber en cartas en juego. Por cierto, Jackson Elias estaría orgulloso de este tal John Morgan, un tipo duro nacido en Fort Williams (Indiana ;).


Respecto al combate empezaremos tirando siempre tres dados negros, aunque las habilidades, las cartas de descubrimiento y los efectos de la cordura nos irán dando dados verdes que mejorarán sustancialmente nuestras tiradas. En los dados hay tres resultados posibles: una exclamación que indica éxito, un Símbolo Arcano que no tiene ningún efecto a no ser que tengamos alguna habilidad que indique lo contrario y un tentáculo que indica que perdemos un punto de cordura. Gastando un punto de estrés podemos volver a tirar un dado, y con eso deberemos jugar para intentar lograr en cada tirada el resultado que más nos beneficie, teniendo en cuenta que no solo tiramos cuando nuestro investigador ataca sino también cuando un enemigo ataque a nuestro investigador.


Cuando el Primigenio está en el tablero se revela su siguiente carta de etapa, ahí veremos los puntos de vida que tiene y los dados que tirará cuando ataca, así como algún efecto de final de turno que nos perjudicará de una forma u otra. Cuando logremos hacerle tanto daño como los puntos de vida indicados en esa tarjeta mostraremos la siguiente, el Primigenio por norma general irá siendo cada vez más poderoso y deberemos pasar por todas estas tarjetas de etapa y hacerle el daño indicado en ellas para ganar la partida.


Por otra parte tenemos varias formas de perder: si uno de los investigadores muere o enloquece antes de que el Primigenio esté en el tablero la partida finaliza inmediatamente, esta es una medida anti kamikazes, sin embargo cuando el Primigenio esté en el tablero la muerte de un investigador solo elimina a ese jugador por lo que queda de partida, que no suele ser mucho. Las otras dos condiciones de derrota son que el marcador situado en el medidor de avance del Primigenio llegue a la derecha o que todos los investigadores queden eliminados (muertos o locos) cuando el Primigenio ya está en el tablero.


Es un juego que en mi experiencia (he probado cuatro de los episodios de momento) tiene un equilibrio sublime, todas las partidas que he jugado las hemos ganado o perdido in extremis, no ha habido ni derrotas humillantes ni paseos. Una cosa que sí nos ha pasado es que algunas partidas se han alargado más de la cuenta, en la caja indican una duración de 90-120 minutos, y a mí alguna partida me ha durado bastante más de dos horas, y lo que no me ha pasado nunca todavía es lo de que un investigador muera antes de la aparición del Primigenio, pero eso puede hacer que la partida finalice a la media hora, por lo que yo en mi (poca) experiencia, le pondría una duración de 30-200 minutos. Para mí la única pega de este juego es su precio, no me atrevo a decir que sea excesivo porque la calidad de los componentes, la cantidad de plástico y los acabados de la caja son sublimes, pero aún teniendo un precio que no considero injusto si que es una inversión difícil de afrontar, a pesar de eso espero que consiga su nicho de mercado porque me encantaría que tuviera continuidad, para mí es un juego redondo, entretenidísimo y apasionante.



2 comentarios:

Unknown dijo...

Coincido en tu apreciación, es un buen juego que disfrutas volverte loco y atacar a un Primigenio con uñas y dientes. Pero reconozco que mis dos primeras partidas morí como un mequetrefe antes de la aparición de Cthulhu

Tristán Oberón dijo...

Como todos estos juegos tiene su curva a aprendizaje, empiezas sufriendo mucho pero acabas paseándote por algunos escenarios :)