Me gusta mucho que de vez en cuando alguien venga a recordarnos que los Mitos de Cthulhu pueden ser no tomados en serio y que la vida sigue adelante, me encanta ver a la gente rasgándose las vestiduras cuando ven este tipo de productos que infantilizan o que son irreverentes con la obra de H.P. Lovecraft, yo sin embargo no tengo ningún escrúpulo y he decidido adentrarme en este Sticky Cthulhu a ver qué tal...
El juego de momento solo está en francés, ya lo he visto por ahí anunciado también en inglés pero bueno, es de esos que una vez leídas las reglas ya lo tienes todo controlado, ya que los componentes del juego carecen de texto.
Lo publica la editorial Iello, capaces de lo mejor (Las montañas de la locura) y de lo peor (Night of the Grand Octopus). Es un juego para entre dos y seis jugadores, de seis años o más cuyas partidas rondarán los quince minutos.
El juego es muy sencillo, ¿recordáis las manos locas? Pues aquí tenemos los tentaculines locos que podéis ver en la fotografía de aquí encima, un tentáculo pegajoso para cada jugador y una mesa repleta de marcadores de cartón con diferentes formas y colores.
En nuestro turno deberemos pescar el marcador concreto que nos indique una tirada de un par de dados, si lo conseguimos iremos puntuando, si fallamos iremos obteniendo maldiciones en forma de cartas que nos harán tener hándicap en las posteriores tiradas.
Estas maldiciones son variopintas: desde jugar con un ojo cerrado o con la mano mala hasta jugar cantando o haciendo alguna otra tontería que hace que este juego tenga un componente party que lo puede hacer muy divertido.
Al final serán partidas que rondarán los quince minutos y eso lo hace fácil de sacar a mesa, yo de momento por culpa de las limitaciones intrínsecas a los tiempos que vivimos no he podido hacerlo, pero seguro que más de una partida cae en el futuro.
Como os decía antes no tardará en salir en inglés, que supongo que a la mayoría os costará menos entenderlo que en francés, aunque una vez leídas las reglas el juego es totalmente independiente del idioma, ya que incluso las cartas de maldición se explican con un dibujo. No es de esos juegos que yo recomendaría con entusiasmo, pero creo que puede ser divertido si tenéis colegas de los que disfrutan con los partys o si tenéis niños jugones cerca.
Qué locurón
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