30 de marzo de 2022

Cthulhu Wars: Duel

Hace eones que tengo las fotografías de este Cthulhu Wars: Duel hechas, pero cuando me quise poner a escribir la foto-reseña en su día me di cuenta de que sorprendentemente el stock de este juego había volado de todas partes, y me la guardé para cuando volviera a estar disponible en tiendas... y bueno, parece que ese momento ha llegado, por lo que voy a tratar de explicaros qué es este juego de mesa lovecraftiano.


En esencia estamos ante una versión lite (reducida) del famoso y enorme Cthulhu Wars, es obra de Petersen Games y a diferencia del juego original este es para duelos entre dos jugadores. Una cosa que me ha sorprendido es que los autores afirman que las partidas rondarán los 20-30 minutos, y bueno, supongo que eso será cuando ambos jugadores controlen, porque de hecho en ese tiempo ni siquiera vamos a tener tiempo de explicarle las reglas completas a alguien.


Y es que el juego tiene su complejidad, son muchos elementos los que habrá tener en cuenta a lo largo de las partidas y por lo tanto requiere unas primeras partidas para hacerse a él, una relectura de reglas para ver qué estamos haciendo mal e incluso un uso rotativo de las diferentes facciones para ver cual nos va mejor, porque cabe decir también que es un juego asimétrico, es decir que cada facción es un mundo.


Con la caja de este juego básico (que ya tiene alguna expansión) vienen dos facciones: Cthulhu y Black Goat, cada una de ellas tiene un tablero individual en el que iremos controlando los puntos de poder de los que dispondremos durante cada turno, la lista de criaturas de las que dispondremos y el libro de hechizos que podremos ir completando para tener nuevas y suculentas habilidades.


Si ya conocéis Cthulhu Wars os sonarán las mayoría de estos elementos, y es que ambos juegos son prácticamente idénticos, sí que hay alguna peculiaridad en su reglamento que lo diferencia de su hermano mayor pero en esencia nuestra misión será la misma: hacernos con el control del mayor número de regiones que podamos en el tablero, controlar los portales y aniquilar a cualquier enemigo que se nos ponga a tiro.


Una de las mayores diferencias que tenemos entre este juego y Cthulhu Wars es puramente estética, aquí tenemos marcadores de cartón para representar a las criaturas que controlemos mientras que en el otro juego teníamos unas preciosísimas figuras de plástico, lo malo es que el juego luce menos, lo bueno es que es muchísimo más barato (y de hecho si tenemos el otro juego nada nos va a impedir utilizar aquí sus miniaturas, ya que de hecho las criaturas son las mismas :)


Y como os decía antes no estamos ante un juego casual, las 38 páginas de su libro de reglas son una buena prueba de que es un juego con mucha chicha, aunque cuando has aprendido a jugar tampoco es de esos juegos que requieren que estés siempre pendiente de las reglas, al final sus mecánicas no son complicadas, pero al ser un juego asimétrico tenemos muchas posibilidades entre manos.


Por suerte contamos en la parte posterior del libro con un resumen del turno, que como podéis apreciar no es precisamente corto. De todas formas pensad que es posible que en cuatro o cinco turnos la partida vaya llegando a su fin, porque se ganan puntos de victoria rápido y al final el juego consiste en conseguir 30 de estos puntos o completar el ritual de aniquilación.


Si os queréis hacer una idea exacta de las diferencias que hay entre este juego y el Cthulhu Wars original las tenéis todas en la siguiente fotografía... Y no estoy entrando en mucho detalle de cómo se juega porque ya lo hice en su día con el otro juego, pasaos por esta foto-reseña si queréis más detalle.


El escenario del juego también ha cambiado, en vez de luchar por todo el mundo ahora vamos a hacerlo solo en la Nueva Inglaterra lovecraftiana.


Pero por lo demás es simplemente, y como os decía antes, una versión lite del Cthulhu Wars, un juego mucho más fácil de sacar a mesa y mucho más "casual" cuando ambos jugadores sepan jugar, lo malo de Cthulhu Wars en mi caso es que da pereza sacarlo a mesa porque montarlo y explicarlo es un suplicio (en su día lo jugué mucho con los mismos jugadores, pero cuando había alguien nuevo la pereza era tremenda), lo bueno en esta ocasión es que si tenemos alguien con quien jugarlo de forma regular solo tendremos que explicarlo una vez, a partir de ahí ya podemos darle caña y ver si la cosa cuaja.




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