Esta película francesa es otra de esas que hay que ver en el momento y con las ganas adecuadas, porque es tan lenta como extraña y curiosa, en ella seguimos las peripecias de un chaval que vive en una isla habitada únicamente por mujeres y niños, ellas tienen montado un tinglado lovecraftiano la mar de chungo y ellos... bueno, tenéis que verla, está en Filmin cuando escribo estas líneas, con audio en francés y subtítulos en español. Es de la directora Lucile Hadzihalilovic y se ha llevado algún que otro premio importante, como el del jurado en el Festival internacional de cine de San Sebastián.
¿Qué me ha parecido? Tan extraña como insólita, como os decía antes es una película que se lo toma con tanta calma que sus primeros cinco minutos tienes la sensación de estar ante un salvapantallas de Windows, de esos que van mostrando el fondo marino. De hecho la película no acelera en ningún momento, y ese para mí es un caro peaje a pagar... sin embargo cuando se pone malrollera lo hace fuertemente, y la trama de fondo a pesar de que no la he acabado de entender tiene mucho que ver con lo nuestro. He llegado a un momento en mi vida en que cuando acabo de ver este tipo de películas en vez de pensar que soy tonto porque no he entendido gran cosa, opto por pensar que está hecha para disfrutar del viaje, no para sacar conclusiones.
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